Como cantaba Mariví Cabo la semana pasada en la inauguración del centro sociocultural Tamaraceite, Jesús Arencibia es profeta en su tierra, Tamaraceite. Un deseo de todos los Tamaraceiteros se ha cumplido y es ver que el recuerdo de nuestro pintor más ilustre, el más grande, logre hacerse presente en nuestro barrio, en la ciudad que lo vio nacer y donde se inició como artista. Jesús Arencibia, nuestro buque insignia, merecía ser homenajeado con algo grande, y grande es el centro sociocultural que en adelante llevará su nombre para siempre. El 12 de mayo de 2021 publiqué en este mismo diario un artículo en el que defendía, entre otras cosas, que los políticos tenían una oportunidad de oro para restaurar la memoria de Jesús Arencibia. Pasó años en el olvido salvo las iniciativas realizadas por vecinos y familiares con motivo del centenario de su nacimiento y donde proclamamos a gritos que se había cometido una injusticia con Jesús. Pero llegó el momento y fue genial, un espacio que Tamaraceite llevaba muchos años pidiendo y que por fin ha visto la luz.
Y qué mejor «presentador» de la cultura del barrio de Tamaraceite y de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria que Jesús Arencibia. Porque Jesús, tras su muerte, quedó eternamente en el olvido y fueron los mismos vecinos del barrio quienes lograron que su recuerdo no se perdiera en el olvido. Doce años después de un emocionante acto que se celebró en la Casa de la Cultura de Tamaraceite, organizado por la comisión de familiares, vecinos y amigos de Jesús Arencibia en el centenario de su nacimiento. La Comisión creada para este Centenario hizo varias propuestas a las autoridades presentes, entre ellas la creación de un museo y la producción de un video de su vida y obra, el cual fue realizado, dirigido por María Miró y lamentablemente nunca vio la luz… que continúa en algún cajón del Cabildo, con testimonios históricos porque muchos son de sus modelos que ya están muertos. El museo no ha sido posible hasta ahora, pero tomando como bandera el nombre de un edificio que enarbola la cultura, ciertamente puede representar que continuamente se están realizando actos que recuerdan su figura.
Jesús Arencibia fue uno de nuestros pintores canarios más ilustres y originario de nuestra ciudad de Tamaraceite. Nacido en la cuna de la Escuela Luján Pérez, con Lía Tavío como maestra, llegó a ser profesor de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y profesor de la Escuela de Magisterio. Pero su vocación nació viendo pintar a su tía Soledad en casa de sus abuelos, llegando a realizar su primera obra a los catorce años. Muchas de sus primeras pinturas se pueden encontrar hoy en algunas casas de Tamaraceite.
Jesús Arencibia fue uno de los grandes muralistas del siglo XX en Canarias y por ello nuestra ciudad es rica en obras suyas, no sólo en edificios públicos, sino también privados y religiosos. El aeropuerto, el Colegio de Farmacéuticos, el Colegio de Médicos, el gobierno civil, el Consejo Insular de GC, la Casa del Marino, el Hotel Fataga, la ermita de Pueblo Canario y numerosas iglesias como la de San Juan de Telde, Tamaraceite, Los Dolores, San Francisco, Santa Isabel de Hungría,… así hasta los diecisiete años, son algunos ejemplos de su arte mural por el que fue conocido en todo el mundo. También han quedado en boceto algunos proyectos, como la Iglesia de San Lorenzo o la Iglesia de Aránzazu en Guipúzcoa.
Si bien nunca tuvo la intención de ser clasificado dentro de ese movimiento, fue el único pintor indígena capaz de plasmar su arte en la pared. Muchos de los habitantes de Tamaraceite fueron sus modelos a seguir. Pero Jesús Arencibia, nuestro Jesús Arencibia, era una persona comprometida en su ciudad y se sentía “orgulloso de ser de Tamaraceite”. Se atrevió con la escultura, diseñando vestuarios, carrozas y alfombras para el Corpus Christi, y su generosidad con los más desfavorecidos de la ciudad era un secreto a voces.
Por todo esto y mucho más, Tamaraceite necesitaba «refrescar la memoria» de las nuevas generaciones de canarios, de tamaraceiteros, que por un motivo u otro desconocen la vida y obra de uno de nuestros más ilustres vecinos, Jesús Arencibia. El barrio de Tamaraceite no puede más que agradecer a todas aquellas personas e instituciones que han apostado por el nombre de Jesús Arencibia defendiendo este edificio lleno de cultura.
Por último, me gustaría decir en nombre de mi ciudad, Tamaraceite, que esto no ha hecho más que empezar. Aún nos quedan sueños por cumplir, como recibir el Premio Canarias a título póstumo, y que salga a la luz el documental sobre su vida y obra para que niños y jóvenes puedan conocer su obra desde pequeños. Eso espero.
Esteban Gabriel Santana Cabrera
Maestra de primaria