Tras varios días escuchando trap y reggaeton en Siete Palmas con motivo del festival Boombastic, ayer una pareja de la Península cambió, bocadillo en mano, el festival de música urbana por uno dedicado a Canarias en la plaza de Santa Ana, el Naifest. La cita más tradicional de las Fiestas Fundamentales ha vuelto a traer fiestas, exhibiciones deportivas autóctonas y un mercado artesanal al centro histórico.
«Me gustaría destacar el patrimonio culinario de Canarias en el escenario internacional», dice con orgullo Henri Scholz.. Hace cinco años descubrió la sal de las marismas de Tenefé (Santa Lucía) y pensó que era buena idea comercializarla en un nuevo formato. El resultado es un producto que ya comenzó a exportarse a Noruega, Suiza, Francia, Alemania y su Bélgica natal. Esta sería otra historia de emprendimiento si no fuera porque Henri tiene solo 16 años y se inspiró cuando tenía 11, como él mismo admite.
El puesto de especias del Chef Henri es uno de los que hicieron las delicias de los asistentes al Naifest este domingo: los olores se podían sentir desde lejos. La cita más tradicional de las Fiestas Fundacionales de Las palmeras de Gran Canaria regresó por cuarto año consecutivo a la Plaza de Santa Ana, aunque esta vez en un formato más familiar, con espectáculos, exposiciones y mercado durante todo el día.
El día empezó con una gran barriga de burro que prometía un día no muy caluroso. Nada podría estar más lejos de la realidad, como si las nubes estuvieran sincronizadas con el espectáculo, poco después de que integrantes del grupo folclórico Los Faycanes comenzaran a cantar, el cielo se aclaró y el sol abrasador se convirtió en la estrella de los Ingenuos.
Tres escuelas de club han venido desde Telde para practicar algunas técnicas con raíces aborígenes
El encuentro de música popular y costumbres tradicionales sumó a los integrantes del mercado en esta ocasión que suele colocarse todos los domingos en la Plaza del Pilar Nuevo, detrás de la catedral. La publicación de Henri es una de ellas. «La mayoría de las especias provienen de la isla», explica. Sus padres regentaron un restaurante en Bélgica durante 30 años, dice, por lo que le ayudaron a innovar en la elaboración de los mejores condimentos.
«Tenemos sales aromatizadas», dice, «por ejemplo, la sal volcánica Se ha cocinado a alta temperatura para que tome ese color negro que le da un sabor particular. También con sal de lava, “con un toque picante”, perfecta para “pescados, carnes, arroces, lo que quieras”; así como mil y una combinaciones de pimientos, ajos o hierbas.
También estuvieron presentes los jóvenes del Naifest entre los nuevos integrantes del club de lucha los guanchesde Arucas. Las actuaciones de las prácticas, juegos y deportes tradicionales de las islas se presentaron durante todo el día en exhibiciones alternas con el proyecto de ley que consta de ocho grupos folclóricos.
“La idea es que cuando se consolide el festival podamos traer bandas de otras islas”, dice el promotor Quintana
Tres escuelas de garrote de Telde abrieron la ronda de exhibición con participantes de diferentes edades y niveles. Rosendo tuvo la tarea de explicar al público -quien rápidamente se reunió en torno a los niños y niñas, maza en mano- las diferentes técnicas que se pueden aplicar a este deporte autóctono. «Comenzaremos con un pecho suave y luego calentaremos», dice ella. Corría 1981 cuando «nacía la iniciativa del maestro Paquito Santana», quien fundaba una primera escuela en la ciudad de las faycanes. Luego vendrían La Barranquera y La Revolía, todas allí presentes.
Así, ante el asombro de los visitantes -muchos turistas acudían a Santa Ana- y de los lugareños, los iniciados, jugadores y destacados en esto del club han demostrado lo aprendido a pesar de que algunos se han llevado algún que otro golpe en la cabeza. Revolía, gancho, barrido o pechada son algunas de las técnicas. Una práctica que atribuye su origen a los aborígenes, «aunque ha evolucionado como todo en la vida», apunta Rosendo, y que proviene del «trabajo menos embriagador que tenemos»: el mundo pastoril.
Entre la multitud que se arremolinaba en Santa Ana había jóvenes que portaban maletas y pulseras del festival Boombastic que se llevó a cabo el viernes y el sábado. Los chicos cambiaron el trap y el reggaeton este domingo con acordes de cancionero isleño más tradicionales. COMO, los Faycanes cerraron con el memorable pasodoble Islas Canarias -en una nueva versión que ya incluye La Graciosa-; mientras que Parranda de Global hizo lo propio con Enamórate de mí, la canción de la Gran Canaria de Sindo Saavedra.
fiesta canaria
El manifiesto de esta particular fiesta canaria -en su concepción más tradicionalista- Lo completaba la fiesta de La Goleta, la de Autobúsla de Mejunje y la de Polvajera. Entre medias, el joven de Carrizal de Ingenio Iván Quintana volvió a demostrar su potente voz en el centro histórico -el sábado participó en la iniciativa Música en el corazón de Vegueta, con tres actuaciones en el Patio de los Naranjos de la catedral- ; Lo hizo esta vez acompañado de Alberto González y Abraham Ramos.
La tradición también ha estado presente a través de una serie de muestras de laboratorio. Es el caso del cuchillero Manuel González Perera de Telde. Albañil de profesión, hace diez años empezó a “matar el tiempo” aprovechando su jubilación fabricando ingenuos ladrillos con sus propias manos. «Me entretiene», admite, «algunos tardan hasta una semana en terminar». Todo depende de cuanto detalle le des a la capa, el mango de la pieza.
«Los otros años teníamos la fiesta el viernes y el sábado más bien por la noche; pero pensamos que es un evento que encaja más en el día, es un evento más familiar”, explica José Quintana, impulsor de la iniciativa. “La idea es que cuando esté consolidado podamos traer grupos de otras islas”, Agregar. Entre las exhibiciones, un desfile de vestimenta tradicional isleña coronó la tarde.
Tradiciones en las que tienen cabida quienes han emigrado a las Islas. Es el caso de los argentinos Ana D’Esposito y Federico Zenatto, que llevan 22 años dedicados a la artesanía desde que llegaron a Gran Canaria. “Era una necesidad, en nuestro país era un hobby, pero necesitábamos cambiar y se convirtió en una forma de vida”, explica. Ahora hacen puzzles, marcapáginas, cajitas o pequeños perros y gatos de madera a partir de materiales reciclados, como palets o persianas, y también con maderas preciosas. Incluso hueso de vaca para el detalle. Tienen el taller de Artezeta en Agüimes, apuntan.