De la fusión de los géneros musicales vallenato y cumbia surgió el «rock colombiano», estilo que el cantante Carlos Vives dio a conocer internacionalmente durante sus 30 años de carrera. Un aniversario en las tarimas que el artista celebró ayer en el parque de Santa Catalina. Dos horas de concierto, enmarcadas dentro del Carnaval de Día, en las que se han desvanecido los dolores del último día de celebración. Era la primera vez que el artista actuaba en el Carnaval de la capital.
Bajo el abrasador sol del mediodía, la cantante subió al escenario y el público comenzó a gritar. El canto «¡Carlos, Carlos, Carlos!» reverberó en todos los rincones. Al mismo tiempo, los colombianos asistentes izaron sus banderas nacionales tiñendo el parque de amarillo, azul y rojo. Vives abrió el concierto con un solo de armónica que dio paso a la primera pieza: Pa’ Mayté. Un éxito de su disco La Tierra del Olvido, lanzado en 1995.
Con los primeros acordes de la cuarta pieza, La bicicleta, traducida al palmar, La Sítycleta, el cantante bromeaba expresando lo siguiente: «Aquí se portan bien los que andan en bici. ¿NO? No como yo, estoy loca”, bromeó la cantante. Mientras tanto, en la primera fila se vivía una singular escena. Un vehículo azul de dos ruedas emergió de la multitud y comenzó a bailar en el aire al ritmo de la música. Milagro de carnaval que la seguridad del equipo obligó a parar.
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“Es positivo y me da buena onda”, estas son las razones por las que Lali Sánchez eligió esta canción como su favorita. «Soy súper fan de Carlos, desde que lo empecé a escuchar me conquistó. Es súper sencillo, como nosotros, como canarios”, dijo Sánchez. La mujer estaba en el acceso al backstage junto a Xiomara Pabón, quien es colombiana y gran seguidora del artista. “Voy a sus conciertos desde los 16 años. He estado en cinco en total. Viví la última antes de la pandemia y lloré como un demonio, estaba muy emocionada”, dijo Pabón. Parecían ser amigos desde siempre, pero se habían conocido allí, en esa puerta. Los dos tenían el mismo objetivo: hacerse una foto con Vives. “Tengo que tomarlo porque no tendré más oportunidades, no puedo pagar un concierto pagado”, dijo Sánchez.
El espectáculo contó con proyecciones narradas por la cantante. Uno de ellos estaba dedicado a sus inicios. «Hace 30 años heredé: la música de mi tierra. Quería saber porque era la expresión de las personas más humildes y hermosas que he conocido”, se escuchaba por los parlantes mientras sonaban las imágenes. Fruto de esta curiosidad surgió Clásicos de la provincia, su sexto disco. Precisamente, uno de los temas más esperados ayer formaba parte de ese disco: La gota fría. «Es un éxito mundial, el germen de todo. Cuando salió el tema, el vallenato se convirtió en pop internacional, aseguró el colombiano Felipe Idrobo. Y agregó que Vives fue el primero en «difundir el sabor colombiano por el mundo» y que él fue «la semilla» de la que brotaron Shakira y Juanes, entre muchos otros. «Estoy tan emocionado como cuando vi a Juanes en directo por primera vez. Las lágrimas te vienen a la mente cuando sientes tu tierra tan cerca”, dijo Idrobo. Un llanto de alegría porque, según cuenta, los colombianos somos así. “No nos estresamos aunque las cosas se compliquen. Siempre tenemos una sonrisa. , por eso estamos enamorados de Gran Canaria, porque su gente es como nosotros”, subrayó.
Luego de la entonación de fruta fresca, la cantante quiso compartir con el público el regreso de Changó. ¿OMS? El percusionista de la banda que lo acompañó en el escenario de Santa Catalina. Vives dijo que cuando se lanzó este sencillo, en la década de los noventa, Changó formaba parte de su equipo, pero durante un viaje que hicieron «se enamoró de una española», por lo que presentó su renuncia. En particular, el artista bromeó diciendo que la mujer «se los robó». Ayer ese robo terminó con el regreso del percusionista, invitado a participar en el concierto.
Como buen acontecimiento en Gran Canaria, no faltaron los «pío, pío» y las referencias a la Unión Deportiva Las Palmas. ¿Cómo es la UD? Pío, Pío”, gritó el cantante, quien también dedicó unas palabras a los carnavaleros. “Bailaron durante muchos días. ¿De dónde sacan su fuerza? Del carnaval, ¿verdad? Esto les da fuerza». En otro intervalo entre canto y canto, llamó a los Gala Drag Queen, que tuvo lugar el pasado viernes. “La noche de drag fue increíble. ¡Qué arte! Heredamos algo de ustedes allá en Latinoamérica”, dijo.
El artista sacó su lado más cómico con Canción bonita, una canción cuyo estribillo dice: «Y si tengo que elegir, me quedo, me quedo contigo». Pues bien, Vives aseguró que si tuviera que elegir pediría que lo “enterren con la sardina”. «Cuando termine el carnaval, me moriré», dijo.
El espectáculo arrancó a las tres de la tarde, pero horas antes, a las doce, María Isabel Merchán, su hermana, sus sobrinos y su prometido ya estaban frente al escenario «superpreparado». “Conocemos la música de Carlos de toda la vida. Lo amamos, es el ídolo de Colombia”, dijo Merchán mientras portaba una pancarta del país latino que la vio crecer. A pesar de que “nadie la traslada” de Canarias, ella ama su tierra colombiana y gracias a Vives se siente más cerca «Desearía que me llevara al escenario y me dejara besarlo», confesó.
La cantante sabe mucho de besos, sobre todo de robarlos. Robarte un beso fue el clímax del espectáculo y, además, animó una clase de aerobic que fue lanzada por un grupo de carnaval-gimnastas entre el público. Envueltos en calzas y calentadores de piernas, sudaban muchísimo saltando la cuerda y bailando. Ante la pregunta: ¿No habían tenido suficiente del Gran Desfile? Una de las alumnas, Mar Monzón, respondió que «el deporte lo llevan en la sangre» y por eso nunca se cansan.
Cuando parecía que el pescado estaba todo vendido, Vives volvió a subir al escenario ante los vítores del público asistente, que se quedó con las ganas de seguir con la fiesta. Una de las últimas melodías fue Hamaca Grande, con la que el colombiano quiso «llevar el espíritu» de uno de los grandes de la música vallena, Adolfo Pacheco, fallecido el pasado 28 de enero.
Vives no dudó en bajarse del escenario en innumerables ocasiones para cantar, bailar y abrazar a los que iban al parque. Canarias y Colombia, dos tierras lejanas que ayer, por unos instantes, el cantante supo acercar con sus ritmos.
El artista logró llenar de mascarillas el parque de Santa Catalina y los colombianos residentes en la isla, muchos de los compatriotas del cantante inundaron el lugar con sus banderas nacionales que tiñeron el escenario de rojo, azul y amarillo. Es la primera vez que Carlos Vives actúa en el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. Los grandes éxitos del colombiano, cargados de ritmos latinos, encendieron la mecha que estalló horas después en el Entierro de las Sardinas.