Ecos recientes de la renovación de García Pimienta hasta junio de 2024, tras varios días de deliberaciones y desencuentros que pusieron en jaque al pacto, el reto que ahora se le presenta al catalán es sobrevivir a los efectos del ascenso obtenido hace menos de dos años. bajo su varita.
Y es que los antecedentes más cercanos de los técnicos que debutaron al frente de un proyecto que se estrenaba en la categoría, ambos con Miguel Ángel Ramírez en la presidencia, no son ejemplos de perdurabilidad en el cargo. Carlos Aguiar, en la temporada 2005-06 y en Segunda División, duró seis partidos. Y Paco Herrera, después de hacer lo que hizo Pimienta, llevando a la UD a Primera División, ha llegado a los ocho. Ambos fueron despedidos sin casi espacio para nada y establecen una dinámica que ahora debe romper el actual inquilino del banquillo de Las Palmas.
Aunque lo que viene después de un ascenso siempre implica un grado de dificultad y riesgo multiplicado, por las necesidades del nuevo escenario y la necesaria adaptabilidad al escenario competitivo, aunque la premisa de otorgar un período de gracia a los responsables de dirigir la banda. Pimienta mira atrás a un año y medio de buenos resultados y fortalecida por un estilo que le ha dado mucho crédito para lo que está por venir., aunque sea el primero en saber que los resultados serán los que gobiernen. ley del futbol

Una mirada atrás, al inicio de la temporada 2015-16, con un Paco Herrera que, como ahora Pimienta, era un ídolo en Gran Canaria, no dejaba en buen sitio al precursor de aquel ascenso. Herrera arrancó la liga con el apoyo de haber devuelto al equipo a la máxima categoría tras trece años de ausencia, pero el arranque de calendario acabó por condenarle. Una victoria en las ocho primeras jornadas (2-0 ante el Sevilla) y pese a los penaltis de ese tramo, la UD midiendo fuerzas ante rivales como el Atlético de Madrid o el Barcelona, fueron determinantes para rescindir su contrato. Fue entonces también el primer entrenador en ser despedido en Primera División en ese curso. Su reemplazo sería Quique Setién. Posteriormente, ya en 2018, Herrera volvería a ser convocado por un breve intervalo en Segunda División. Tomó el relevo de Manolo Jiménez y se lo entregó a Pepe Mel en marzo de 2019.
Previamente, inmediatamente después del otro ascenso obtenido con Ramírez a la presidencia, se había encontrado otro despido anticipado. Fue la de Carlos Aguiar y a mediados de septiembre de 2006. Aguiar, que anteriormente había fracasado en el club en Segunda B y en 2005 (el único de la historia que, jugando en la categoría de bronce, no alcanzó uno de los cuatro primeros puestos que daban acceso al ascenso), fue nuevamente contratado para realizar el retorno por segundo El experimento no pudo ser peor, porque después de seis días asentado con un balance de cuatro derrotas, un empate y una victoria, se anuló de repente, volviendo al lugar de Juanito, que había sido, apenas tres meses antes, el que había marcado la meta de la ascensión.

Por tanto, la UD contemporánea tiene una asignatura pendiente y es evitar crisis tempranas cada vez que se levanta y que acaben implicando un asentamiento en la caída. Será una excelente noticia que Pimienta ponga fin a estos otoños revueltos.
Esa es también la intención de la institución, que está preparando el andamio para consolidarse entre los mejores de España y consciente de que la estabilidad en el banquillo es una de las premisas fundamentales. Comienza entonces con todo junto a García Pimienta en busca de lo negado en experiencias similares recientes.