Imagen de archivo de los juzgados de la capital grancanaria. /
La sentencia prevé el pago de 900 euros por las «pérdidas personales» generadas por la empresa
El Juzgado de Primera Instancia número 7 de Las Palmas de Gran Canaria ha condenado a la compañía telefónica Orange a indemnizar con 900 euros a un antiguo cliente por el daño moral que le causó acosándolo con llamadas, mensajes y acusaciones indebidas
a pesar de haber rescindido el contrato.
La sentencia, dictada por el juez José Ramón García Aragón el pasado 17 de octubre, forma parte de un laudo arbitral dictado por la parte perjudicada. De ello se desprende que en diciembre de 2019 el ciudadano había procedido a acreditar el desistimiento del organismo demandado «mediante la entrega de los correspondientes aparatos» en la sede de Orange.
Sin embargo, el
La empresa intentó cobrar sanciones por incumplimiento y consumo que no procedió, según la cronología de los hechos.
Tras la entrega de los dispositivos y suponiendo que fueran desvinculados de la empresa, ésta buscó reclamar sumas indebidas a base de llamadas, mensajes y comunicaciones continuas al cliente, quien «resistió la presión» aún después de explicar su diligencia y desistir del contrato.
Pese a estos esfuerzos del ciudadano por desvincularse de la empresa telefónica, continúa la sentencia, la empresa»
no ha cesado en sus gestiones, procediendo al envío de recibos y facturas por conceptos indebidos», lo que sugirió que el excliente «realizó una actividad personal reiterada para tratar de solucionar los problemas planteados en cuanto a bajar la línea de forma infructuosa».
La autoridad judicial entiende que la actora ha sufrido «reiteradas presiones por parte de los mecanismos de cobro de la demandada y la imposibilidad de la demandante de contactar, por el contrario, con la entidad demandada».
El magistrado concluye que se produjo un daño personal al soportar «una situación de incertidumbre sobre la deuda injustificada que se reclamaba (…) y las advertencias y consecuencias que se le indicaban que se llevarían a cabo en caso de impago del montos que evidentemente fueron indebidos. Estas preocupaciones representan un «descanso personal» que puede ser compensado.