Hay jugadores destinados a vivir el fútbol de otra manera. Hay jugadores que aterrizan de pie en el lugar donde menos lo esperaban y tener la oportunidad de vivir una idílica carrera profesional en un lugar que no es de donde vienen. El fútbol a veces juega a cupido y ofrece historias que llevan a los aficionados a aun creo en la relación del aficionado con su equipo y su fútbol.
El de Víctor Laguardia y el Deportivo Alavés es uno de esos libros que solo puedo escribir futbol. Una historia que acaba siendo transmitida de generación en generación y que siempre será recordada. Laguardia salvó un trozo de la historia del Alavés. El ‘Glorioso’ también tiene un espacio importante reservado para el que fue uno de los más grandes futbolistas de su historia.
El central zaragozano se incorporó a la plantilla de Babazorro en el verano de 2014. En el peor momento de la historia del Real Zaragoza, el club de Maño no supo hacer sitio a un canterano que había conseguido, con sacrificio y sentimiento, llegar a la profesionalidad futbolística. PAGpero nadie se hace profeta en su propia tierra. ‘Lagu’ no dejó caer los anillos para arremangarse y salir de casa en busca de nuevas oportunidades. Tras los traslados a Las Palmas y Alcorcón, El central aragonés ha llegado a un recién ascendido.
Víctor Laguardia celebra la victoria del equipo ante el Sevilla
Desde entonces Laguardia ha sido el líder que guió al ‘Glorioso’ a Primera División. Un jugador muy querido por la afición babazorra que es muy probable que continúe en la disciplina alavesa. El equipo de su vida llegó, quizás, tarde. No era canterano ni había nacido en Vitoria. Pero el destino estaba esperando a que el Alavés, que le tenía reservado un rincón especial para escribir su historia, cediera.
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