Sinforiano Padrón, primer goleador de la UD en el derbi ante el Tenerife. /
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fútbol
El clásico canario tiene una historia de casi 73 años desde que se disputó el primero el 30 de abril de 1950. Desde entonces se ha consolidado una rivalidad que hace vibrar al Archipiélago cada vez que llega y en la que, números en mano, manda la UD
1-Año 1950: comienza la historia de una rivalidad ya tradicional
El derbi inaugural se disputó entre el Tenerife y la UD Las Palmas en la isla vecina el 30 de abril de 1950 y correspondía a la fase de ascenso en Segunda División, etapa que acabaría culminando con éxito el conjunto amarillo. Ese día, la UD, entonces dirigida por Jesús Navarro Mazotti, se entrenó con Montes, Castañares, Juanono, Yayo, Vieira, Tatono, Padrón, Manolín, Peña, Tacoronte y Cedrés.
Y la victoria por 1-2 se selló con un doblete de Padrón. Aquel enfrentamiento supuso el punto de partida de una rivalidad ya clásica en el calendario y que, hasta la fecha, ha resultado
hasta 70 duelos oficiales sumando todas las competiciones y con un balance de 28 victorias, 25 empates y 17 derrotas. Estos números acreditan la hegemonía de la UD en el pulso provincial, además de sumar más participaciones del Tenerife en la máxima categoría.
2-La mayor victoria, un 1-4 en Copa y Narciso como protagonista
Era 1986 y en un solo partido por los octavos de final de la Copa del Rey. Un Narciso estelar, que marcó cuatro goles al portero Aguirreoa, destrozó al Tenerife con su actuación en el Heliodoro para un empate 1-4 que, hasta el momento, se mantiene como el marcador más amplio que ha tenido la UD en el Coliseo blanquiazul. Incluso este triunfo, siempre recordado como memorable, se produjo en un contexto especialmente importante: el recibimiento de Las Palmas fue especialmente hostil y el ánimo de la afición local estaba tan tenso que, mediada la segunda parte, un juez de línea recibió un piedra lanzada desde las gradas.
3-Un clásico en Primera… Con efemérides, apagones y éxtasis
La temporada 2001-02 fue la única de la historia en la que UD y Tenerife coincidieron en la máxima categoría, sBueno, fue una experiencia de mal recuerdo para ambos equipos, ya que ambos equipos descendieron. El derbi de ese curso jugado contra Rodríguez López creó un evento de prestigio, como lo fue
El milésimo partido de Las Palmas en Primera División. Pero, además, estuvo embellecido por un apagón de casi media hora que obligó a los jugadores a retirarse al vestuario hasta su próxima reanudación.
Valió la pena ya que los goles de Tevenet, Josico y Nacho González, de penalti, sirvieron para sellar la victoria por 1-3 y que sigue sintiéndose como uno de los capítulos más memorables de los vividos en el siglo XXI por todo lo que supuso.
4-Una sequía de 20 años hasta la patada de Kirian
Tras la citada victoria en Primera División, la UD tuvo que esperar dos décadas para volver a ganar al Heliodoro. Es cierto que en ese intervalo no siempre coincidió en la misma categoría con el Tenerife,
pero logró contabilizar hasta 11 visitas con un balance de seis derrotas y cinco empates.El 2 de enero de 2022, un latigazo de Kirian, que se crió en el canterano blanquiazul, permitió a Las Palmas volver a ganar (0-1) en un campo donde la suerte les había sido negada durante mucho tiempo. Curiosamente, en el banquillo estaba Pepe Mel, único superviviente del clásico de Primera División de 2001, a pesar de que el técnico madridista dirigía entonces al Tenerife.
5-Jonathan Viera, sin goles en el Heliodoro
El capitán de la UD tiene pendiente el gol en el césped tinerfeño, algo que hasta ahora se le ha negado. En total, Viera disputó tres derbis en el Heliodoro, dos de ellos el año pasado, y, pese a su esfuerzo y motivación, no logró estrenar allí su pichichi. Siempre temido y sobre todo abucheado por la afición chicharrera, espera sacarse esa espinita el sábado.
Favorece al equipo que gana, pero, como hace en cada partido, buscará el gol. Y, si lo hace, tendrá connotaciones especiales por todo lo que significaría para él.
6-El precedente de junio que aún duele
La última visita al Heliodoro me trae malos recuerdos. Tuvo lugar el 1 de junio y en la primera vuelta de ascenso a Primera División. La UD cayó por la mínima (1-0) en un partido en el que mereció mejor suerte y que además estuvo marcado por el permisivo arbitraje del colegiado Iglesias Villanueva ante varias acciones rayanas en el reglamento tinerfeño. Allí empezaron a desmoronarse las posibilidades del equipo de volver a la máxima categoría, porque, tres días después, en el partido de vuelta disputado en Gran Canaria, volvió a caer (1-2) y en otra actuación marcada por la mala suerte.