La orquesta alemana se une al FIMC junto con Jakub Hrusa y la simpática violinista moldava Patricia Kopatchinskaja
Paralelamente, a petición de la orquesta, se realizará una acción simbólica de plantación de árboles para compensar la huella de carbono
En una semana particularmente ocupada, únase a la 39 Festival Internacional de Música de Canarias la Sinfónica de Bamberg, una orquesta reconocida mundialmente por su distintivo sonido profundo, redondo y deslumbrante. Vuelve a Tenerife y Gran Canaria bajo la dirección de su director, el maestro checo Jakub Hrůša y en compañía de una violinista encantadora: Patricia Kopatchinskaja. En esta ocasión interpretarán piezas de Beethoven, Stravisky y Dvorak.
Los conciertos serán este sábado 21 de enero a las Auditorio de Tenerifea las 20:00 horas, y el domingo 22, en el Auditorio Alfredo Kraus en Las Palmas de Gran Canaria, en 7:00 pm. horas. Ambos están patrocinados por Fundación DISA. Los boletos están disponibles en www.festivaldecanarias.com y en las plataformas de venta habituales de ambos espacios escénicos. Hay una tarifa reducida de tres euros para estudiantes de música y parados. Una hora antes del inicio habrá un discurso de presentación en una sala contigua, a cargo del divulgador musical Ricardo Ducatenzeiler (19:00 horas en Tenerife y 18:00 horas en Gran Canaria).
Paralelamente a estos conciertos, el festival llevará a cabo una experiencia piloto con la colaboración de esta orquesta, con el objetivo de contribuir a compensar de alguna manera la huella ecológica que deja a los músicos traslado aéreo a las islas. Un gesto que consistirá en un plantación simbólica de árboles, del que tanto la orquesta como el festival asumen el coste económico. Esta iniciativa nace con la intención de continuidad y ampliación en próximas ediciones. Esta primera siembra se realizará el domingo 22 de eneroa las 13:00 horas, en el municipio de Tamaraceite, en Gran Canaria.
orquesta de bamberg
Nacida en 1946 por iniciativa de músicos de diferentes países que huyeron de sus hogares a causa de la Segunda Guerra Mundial, la Sinfónica de Bamberg tiene sus raíces en genios como Mahler y Mozart. A lo largo de su historia ha dado cerca de 7.500 conciertos en más de 500 ciudades y 63 países. Con el título honorífico de la Orquesta Filarmónica del Estado de Baviera, realiza giras regulares por todo el mundo como embajadora cultural de esa región y también de toda Alemania.
Bajo la dirección del director checo Jakub Hrůša, que se convertiría en el director artístico de la Royal Opera House Covent Garden de Londres, realizó varias grabaciones destacadas, algunas de ellas premiadas. El gramófono coloca a Hrůša en el «pico de la grandeza». La última vez que vimos su arte fue en el 33° FIMC, dirigiendo la Orquesta de Cámara Mahler.
En este concierto actuará como solista la violinista moldava Patricia Kopatchinskaja, una intérprete de larga trayectoria internacional que colabora habitualmente con las principales orquestas, directores y festivales de Europa y el resto del mundo. Se dice que es «una violinista que conquista el escenario con su interpretación incontenible, como una fuerza de la naturaleza» (Der Taggerspiegel). Destaca por su increíble capacidad creativa y es habitual verla actuar descalza sobre el escenario.
programa de conciertos
El concierto comenzará con ‘Obertura Leonora III. Op 72a’, de Beethoven. El genio alemán escribió cuatro oberturas para su única ópera, originalmente llamada «Leonore» (1805) en honor a la protagonista, pero el compositor consideró que las tres primeras no eran adecuadas para levantar el telón. Así, partiendo de cero, en 1814 produjo la sucinta ‘Obertura Fidelio’, una pieza tensa, soberbia y bellamente proporcionada.
Para la siguiente pieza, ‘Concierto para violín en re’, de I. Stravinsky, se incluirá a Patricia Kopatchinskaja. La idea de escribir un concierto para violín se le sugirió a Stravinsky en 1930 por Willy Strecker. La respuesta inicial del compositor fue: «¡Pero yo no soy violinista!» Era, de hecho, un pianista. El estreno mundial tuvo lugar el 23 de octubre de 1931 en Berlín con el compositor dirigiendo la Sinfónica de la Radio de Berlín. Stravinsky comentaría más tarde: “El Concierto para violín no se inspiró ni se inspiró en ningún ejemplo. No me gustan los conciertos de violín estándar, ni Mozart, Beethoven o Brahms. En mi opinión, la única obra maestra en este campo es la de Schoenberg”.
Las últimas notas serán las de la ‘Sinfonía n. 9, Del Nuevo Mundo’, A. Dvorak. A mediados del siglo XX, esta obra era una parte tan importante de la cultura estadounidense que era familiar para aquellos que nunca la habían escuchado. Ahora eso suena como un cliché. Dvořák comenzó la sinfonía a fines de 1892 y la terminó en mayo siguiente.
El Carnegie Hall de Nueva York fue el escenario de la primera interpretación de la obra más famosa de un compositor vivo en Estados Unidos. Era el 15 de diciembre de 1893. Su recepción fue un gran triunfo y dio lugar a entusiastas debates entre la intelectualidad musical sobre lo verdaderamente estadounidense que era. Un debate que ha quedado abierto. Genius es a menudo difícil de explicar.