Nada como el deber bien hecho. Sin embargo, el ascenso de la UD a Primera División deja buenas noticias. Álvaro Lemosque hizo un final de temporada soberbio y que fue el protagonista de conseguir ese billete a la élite, renueva automáticamente dos temporadas con Las Palmas han conseguido el objetivo de ascender de categoría. Seguirá siendo amarillo, por tanto, hasta el año 2025.
No fue una campaña fácil para el conjunto coruñés, dado que en pretemporada tuvo la oportunidad de marcharse porque su maletín era un quebradero de cabeza en los despachos de Pío XII. Pero Lemos optó por quedarse en Las Palmas porque sabía que sería el año del ascenso. No quería moverse. Contento en Gran Canaria y en deuda con la afición, ya que había fichado para ascender a Primera División, llegó a un acuerdo con el club para aplazar dos años su contrato, alargando así un año más su vínculo con los amarillos. En dicho pacto estaba previsto que, en caso de ascenso, habría dos temporadas. que es lo mismo, hasta finales de 2024-25.
Álvaro Lemos estará por un tiempo porque, si nada sale mal, contractualmente cumplirá siete temporadas como jugador de la Unión Deportiva en ese momento. Llegó con un objetivo y, cinco años después, lo consiguió: el ascenso a Primera División. Con 152 juegos detrás de él como el amarillo, es un canario extra.

Las Palmas descendió a Segunda en la temporada 2017-18 y, con la clara premisa de volver a la élite al año siguiente, consiguió armar una plantilla brillante. Compras de nivel que debían devolver al club giallorossi a la máxima categoría de forma preferente. Fidel, Timor, Rafa Mir, Rubén Castro, Ruiz de Galarreta, Cala, Maikel Mesa, Raúl Fernández, De la Bella, Mantovani y un tal Álvaro Lemos. Todos se han ido. Sólo quedó el gallego, que fue el último superviviente de 2018, y que siempre ha mostrado amor por la elástica amarilla y que, ahora, dDisfruta de esta promoción en Galicia rodeado de tus seres queridos.
Solo las lesiones han frenado su progresión y regularidad en el once inicial con el paso de todos los entrenadores. Este curso, anómalo, jugó menos. Pero cuando hacían falta galones en el tramo final de Liga, donde Las Palmas se jugaba a vida o muerte el ascenso a la máxima categoría del fútbol español, García Pimienta apostó por Lemos en el lateral derecho. Y salió. Nadie le abrumó, siendo el defensa que necesitaba el técnico catalán por ese lado.