En los últimos 25 años la temperatura del agua de Canarias ha aumentado 0,4º, también se han vuelto más ácidos -un 15% más en términos porcentuales- y su salinidad ha disminuido. Estos son algunos de los datos recogidos por el equipo del investigador de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) Melchor González, del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (Iocag).
Además, El pasado mes de marzo se registraron temperaturas récord tanto en la península como en Canarias. El municipio de Tasarte, de hecho, marcó el punto de mercurio más alto, 38,2º, en todo el territorio nacional. Además, llovió solo un 13% de lo previsto y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Canarias registró 71 récords en Tenerife y 53 en Gran Canaria catalogados como noches tropicales.
A nivel mundial, la temperatura del mar en las últimas cuatro décadas nunca ha sido más alta que este mes. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. (NOAA), midió 21.1C. Una cifra preocupante si tenemos en cuenta que todavía estaba bajo la influencia de la Niña, un fenómeno que enfría las aguas del Pacífico y se extiende al resto del planeta.
Sólo la llegada del fenómeno contrario -aumento de la temperatura del agua superficial-El Niño, que también comienza en el Pacífico y se estima que tiene un 65% de probabilidad de comenzar en el verano, sugiere que las condiciones climáticas empeorarán.. El Niño se manifiesta con tormentas «ocasionales, pero extremas» y períodos más secos. Aunque para que se produzcan, debido a la mayor evaporación del mar a medida que aumenta su temperatura, “también tiene que haber inestabilidad atmosférica”, recuerda el delegado de la Aemet en Canarias, David Suárez.
«Estamos entrando en el escenario más grave, el más radical que jamás se haya planteado» sobre el cambio climático, resume la presidenta del Comité Científico del Gobierno de Canarias para el cambio climático, la economía circular y el azul e investigadora de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Aridane González. “Lo que venimos advirtiendo desde hace tiempo está sucediendo. Los indicadores climáticos se aceleran porque no somos capaces de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, añade.
González recuerda que las olas de calor oceánicas afectan los ecosistemas marinos. Aumento de cianobacterias, modificación de los patrones reproductivos de algunas especies por acidificación de las aguas, fenómenos meteorológicos adversos que se están formando más cerca de Canarias… Además, apunta, Los ecosistemas marinos son más sensibles que los terrestres..
“Cuando miras 40 años atrás, la temperatura del océano, en su conjunto, ha subido básicamente un grado”, dice Melchor González. “Esto afecta no solo a la vida marina, sino también a la circulación oceánica, que es la que controla el clima del planeta”, advierte. «Las condiciones de las aguas de Canarias hoy son completamente diferentes a las que eran en 1995», cuando el grupo Iocag inició las mediciones, recuerda el investigador.
Sin embargo, el efecto de El Niño no se verá inmediatamente en las islas. «Tardará un poco en llegar al Atlántico, se observa después de un año» explica Melchor González.
Aridane González, por su parte, insiste en que la «eterna primavera» de Canarias peligra. “La gente está buscando el confort climático y esto tendrá un claro impacto en la economía, la salud y la producción agrícola”.